¿Qué es el bruxismo?
BRUXISMO
1.- ¿Qué es?
Es un hábito que consiste en el apretamiento y/o rechinamiento de los dientes, lo que puede provocar, dependiendo de la intensidad y la frecuencia con que se realiza y del tiempo que lleva haciéndose, problemas en la boca y las estructuras y tejidos relacionados (dientes, encías, mucosas, músculos y articulación de la mandíbula)
2.- Causas y factores de riesgo
Las personas pueden apretar o rechinar los dientes sin ser conscientes de ello tanto durante el día como durante la noche, aunque el bruxismo nocturno (que se realiza en fases profundas del sueño) es el mayor problema, ya que es más difícil de controlar y más agresivo. Es frecuente que las personas que comparten dormitorio con los pacientes que bruxan lleguen a oírlo.
Aún no se ha llegado a un acuerdo sobre la causa exacta del bruxismo, pero el estrés durante el día puede ser el desencadenante en muchas personas. El hecho de que el bruxismo cause unos u otros síntomas en cada paciente depende de una mezcla complicada de factores:
- El nivel de estrés que la persona experimente
- Cuánto tiempo y con qué intensidad aprieta y rechina sus dientes
- Posición de los dientes
- Su postura
- Su capacidad de relajarse
- Su dieta
- Sus hábitos al dormir
- La capacidad de adaptación de los diferentes tejidos
3.- ¿Cómo puedo saber si padezco de bruxismo nocturno?
En ocasiones puede resultar difícil determinar si un paciente presenta bruxismo. Algunas veces es evidente y es el propio paciente el que acude a la consulta por síntomas o porque se da cuenta de que aprieta o rechina los dientes. Pero en otras ocasiones el paciente no es consciente de que lo hace.
- ¿Aprieta los dientes mientras duerme?
- ¿Rechina los dientes mientras duerme?
- ¿Siente dolor, rigidez o fatiga en su mandíbula al despertar?
- ¿Tiene dificultad para abrir su boca al despertar?
- ¿Escucha un sonido de “clic” al abrir su boca por primera vez en la mañana?
- ¿Se despierta con sus músculos faciales doloridos?
- ¿Sufre de dolores de cabeza constantemente?
- ¿Son sus dientes sensibles a líquidos o aire fríos?
- ¿Ha observado o le han dicho que sus dientes tiene signos de desgaste?
- ¿Siente sus oídos tapados?
- ¿Escucha un zumbido en uno o ambos oídos?
Si ha contestado sí a alguna de estas preguntas debería consultar con su dentista para descartarlo.
4.- Síntomas
Apretar los dientes provoca la sobrecarga de todos los elementos que constituyen lo que los dentistas denominamos aparato estomatognático (conjunto de músculos, tejidos y otras estructuras que forman parte del aparato masticatorio). Pudiendo provocar síntomas a todos los niveles del mismo.
Sintomas neuromusculares
- Dolor de cabeza
- Dolor o inflamación de la mandíbula
- Dolor o contracturas de los músculos del cuello o de los músculos masticatorios
Síntomas articulares
- Dolor de oído (debido en parte a que las estructuras de la articulación temporomandibular están muy cerca del conducto auditivo externo y a que usted puede percibir dolor en un lugar diferente de su fuente, lo cual se denomina dolor referido)
- Ruidos (clicks o crujidos) al abrir o cerrar la boca. Debido a la degeneración de las estructuras articulares
- Bloqueos articulares (el paciente no puede abrir o cerrar la mandíbula, o la misma se le desvía hacia un lado cuando abre la boca)
Síntomas dentales
· Desgaste de las superficies de contacto de los dientes y muelas (abrasiones)
· Aparición de desgastes en los cuellos de los dientes y muelas (facetas de desgaste)
· Dolor (al frío, al calor, a la masticación)
Síntomas periodontales (encía)
· Dolor (al frío, al calor, a la masticación)
· Retracciones de la encía (dejando los cuellos de los dientes al descubierto)
· Movilidad dentaria
5.- Tratamiento
Como siempre decimos la prevención es el mejor tratamiento. Puede que el paciente aún no haya notado nada pero el dentista puede realizar en muchos casos un diagnóstico precoz del problema. No es que no haya síntomas, pero el paciente todavía no es capaz de detectarlos.
Dado que el bruxismo puede provocar problemas tan distintos, los tratamientos serán diferentes en cada caso. En ocasiones será necesario reconstruir los dientes, tratar las encías o realizar tratamientos de ortodoncia. También puede ser necesario el tratamiento farmacológico en casos agudos o recurrir a técnicas de fisioterapia o de relajación. La reducción del estrés y el manejo de la ansiedad pueden disminuir el bruxismo en las personas que son propensas a esta afección.
Pero en todos los casos será necesario colocar un dispositivo que se denomina Férula de Descarga. En casos más avanzados, con problemas articulares más graves será necesario la utilización de otro tipo de férulas cuyos objetivos son diferentes (férulas pivotantes, de reposicionamiento…) y suelen ser un paso previo a la utilización de la férula de descarga.
La Férula de Descarga actúa como un “relajante muscular mecánico”. No hace desaparecer el hábito de rechinar los dientes, pero disminuye la frecuencia, la intensidad y las consecuencias del mismo sobre la articulación, los dientes, la musculatura y las encías. La férula debe ser utilizada de forma continuada.
La férula de descarga es una férula rígida fabricada a medida con una resina acrílica de uso dental y un diseño especial dependiendo de la forma de morder de cada paciente (oclusión). No sirven de nada las férulas que no están hechas a medida y se adaptan simplemente con calor y por supuesto tampoco las férulas “blandas”, es más, son totalmente contraproducentes para el tratamiento del bruxismo. Una férula blanda sólo consigue que los dientes no contacten pero estimula al paciente bruxómano a seguir apretando y las consecuencias sobre la articulación y la musculatura pueden ser graves. La férula no es sólo algo que se interpone entre los dientes para que no rocen unos con otros. Su diseño debe conseguir que la mandíbula funcione en una posición adecuada para proteger la articulación, disminuye y reparte la presión ejercida sobre los dientes y la articulación y como consecuencia relaja la musculatura.
6.- Pronóstico
En la mayoría de los casos el bruxismo es leve y no es un trastorno peligroso si se trata a tiempo, sin embargo, dejado evolucionar puede causar lesiones dentales graves (desgaste extremo, fracturas, movilidad dentaria y pérdida de piezas)dolor molesto en la mandíbula, cabeza o “dolor de oído” y problemas articulares más o menos graves que pueden llegar a la limitación de la apertura en casos avanzados.